EfD Colombia organizó un evento llamado Progreso hacia la calidad del aire en las zonas urbanas. Actores de las Secretarías de Ambiente, Salud y Movilidad de Bogotá, Bucaramanga, Valle de Aburrá (Colombia) y Monterrey (México), y representantes del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) compartieron experiencias y conocimientos sobre estrategias de gestión de la calidad del aire en algunas ciudades latinoamericanas.
La calidad del aire en Bogotá ha mejorado
Carolina Urrutia, Secretaria de Medio Ambiente, informó que el material particulado fino (PM2.5) ha disminuido en Bogotá en los últimos años. La pandemia contribuyó a esta reducción, sin embargo, esta disminución también es resultado de estrategias complementarias, por ejemplo, la mejora de los combustibles para el transporte público. La ciudad implementó decisiones técnicas y normativas además de trabajar con Ecopetrol (empresa estatal nacional de explotación petrolera) para suministrar combustible de mejor calidad para el transporte público. Hoy en día, el transporte público no es la principal causa de la mala calidad del aire en Bogotá.
Bogotá aún tiene grandes desafíos para mejorar su calidad del aire. Los principales desafíos son las partículas resuspendidas causadas por caminos sin pavimentar y la contaminación de los vehículos pesados. Actualmente, el suroeste de la ciudad tiene los peores niveles de calidad del aire de la ciudad y es la zona con bajos estándares socioeconómicos. La ciudad está pavimentando carreteras sin pavimentar en esas zonas para reducir la contaminación del aire.
Las partes interesadas compartieron lecciones y desafíos
Todas las partes interesadas reconocieron la importancia de la coordinación y la interacción entre las instituciones responsables de la administración del medio ambiente, la salud pública y la movilidad para mejorar eficazmente el aire en las ciudades. Un desafío crítico para los (as) secretarios (as) de medio ambiente es proporcionar datos oportunos sobre el estado actual de la calidad del aire para informar a las autoridades políticas. Las instituciones pueden carecer de buenas herramientas y capacidades para pronosticar episodios de mala calidad del aire o pueden tener dificultades para transferir información clara a la autoridad política para tomar decisiones que reduzcan la exposición a la contaminación del aire. Por tanto, si la calidad del aire en una ciudad es mala, es urgente implementar medidas de emergencia para proteger la salud de los ciudadanos.
Crear conciencia entre los ciudadanos sobre las condiciones de la calidad del aire también es un factor clave en el control de la contaminación del aire. Los ciudadanos pueden contribuir a identificar fuentes de contaminación e informar sobre las malas condiciones de calidad del aire.
Las agencias internacionales también desempeñan un papel en la mejora de la calidad del aire. Contribuyen continuamente a que la contaminación del aire sea un tema importante en los debates internacionales. Estas instituciones ofrecen fondos y financian proyectos de políticas públicas.
La política de calidad del aire implica varias tareas
Jorge Bonilla, director de EfD Colombia y moderador de uno de los paneles de discusión, comentó que para mejorar la calidad del aire en las ciudades deben darse cuatro elementos:
“El primer elemento es la coordinación institucional. El segundo es transferir conocimientos entre ciudades y desarrollar capacidades sólidas en los funcionarios públicos. El tercer elemento es que las decisiones deben estar respaldadas por la ciencia (modelos de transporte regional, inventario de emisiones, análisis socioeconómico, evidencia internacional de impactos en la salud, entre otros), y el último aspecto se trata de convencer a la autoridad política de que es importante mejorar la calidad del aire para el bienestar de la población”.
Por: Manuela Fonseca Gómez